La piel es un indicador de la salud, por ello es importante mantenerla no sólo limpia, sino también saludable. Cada persona tiene su lista de productos consentidos para cuidarla, unos más costosos que otros, sin embargo, puede suceder que a pesar de la inversión y tiempo que le dedican, no obtengan los resultados deseados por una razón sencilla pero básica para una piel perfecta: el jabón que usan.
El jabón es un artículo de cuidado personal que muy pocas personas valoran y seleccionan correctamente. La mayoría tiene la idea de que no importa el tipo de jabón que se apliquen mientras hagan uso de cremas o exfoliantes; un error grave que puede ser muy perjudicial a largo plazo, por eso en este artículo explicaremos la importancia que tiene para tu piel emplear el jabón correcto.
Nuestra piel sufre constantemente agresiones del entorno como contaminación, cambios climáticos y rayos ultravioleta, por mencionar los más conocidos; para protegerse, la piel cuenta con la película hidrolipídica o manto ácido, una barrera natural unida a la capa cutánea más expuesta de éste órgano (el estrato córneo de la epidermis). La película hidrolipídica además de proteger la piel también es responsable de mantener la hidratación cutánea, evitando que el agua de nuestra piel se evapore y otorgándole su característico aspecto aterciopelado.
El sebo y el sudor son los principales componentes de esta película. Los cuales llegan a la superficie cutánea a través de los poros de la piel para formar una película que actúa como barrera protectora contra agentes externos que podrían dañarla, los hongos y los microorganismos son los más comunes. El porcentaje de sebo y sudor presente en la piel determina su tipo, si ambos elementos están equilibrados, entonces dan como resultado una piel normal, mientras que si la producción de sebo es excesiva se produce una piel grasa, si la producción de sebo es reducida se produce una piel seca, sensible y más propensa al envejecimiento prematuro.
Otro punto importante acerca del manto ácido es el pH. Una piel sana tiene un pH entre 5,4 y 5,9. Dentro de este rango de acidez crece una flora bacteriana saludable que impide el desarrollo de microorganismos dañinos. Hay otras zonas del cuerpo como la anal, genital y las axilas que tienen un pH alrededor de 6,5.
Del buen estado de la película hidrolípidica depende la salud de la piel, de ahí la importancia de escoger cuidadosamente el jabón que usamos a diario. No es lo mismo usar un jabón diseñado para limpiar y cuidar la piel que otro fabricado exclusivamente para limpiarla. Desafortunadamente el precio determina casi siempre el tipo de jabón que elegimos, sin considerar que los jabones económicos suelen ser muy agresivos, puesto que su propósito no es cuidarla, sino limpiarla. En su composición tienen químicos agresivos, muy alcalinos que pueden alterar el pH de la piel causando por un lado el deterioro de la película hidrolipídica, y por el otro, dejándola desprotegida contra las agresiones exteriores.
Seleccionar correctamente el tipo de jabón que usamos cotidianamente para limpiar y cuidar nuestra piel es tan importante como el producto más caro que le aplicamos. Mientras más natural sea su composición, tendremos mejores resultados y evitaremos gastos excesivos en el largo plazo para que luzca joven y sana.
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